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viernes, 26 de agosto de 2011

ASÍ GASTAN NUESTRO DINERO - DISPENDIOS Y GASTOS SUPERFLUOS, CUENTA PÚBLICA 2010

Asi Gastaron Nuestro Dinero (Dispendios y Gastos Superfluos) (Cuenta Publica 2010)
En los Pinos, intocables los privilegios DANIEL LIZÁRRAGA Al presentar su plan anticrisis ante la clase política y empresarial y frente a legisladores, el presidente Felipe Calderón anunció que invitará a otros sectores para que asuman mayores y distintos compromisos para enfrentar la crisis económica internacional. Pero en los 25 puntos del Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo no tocó los privilegios de la burocracia ni mencionó siquiera un recorte a los gastos superfluos de su gobierno cursos para el personal de Los Pinos, publicidad para promover la imagen presidencial, lo que implica que la carga la llevará la sociedad. Los embates de la crisis económica internacional no afectarán los bolsillos de los gobernantes ni perjudicarán su estatus. Según el Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo, presentado el miércoles 7 por la mañana, no habrá disminución de salarios en la burocracia ni recortes al gasto corriente, lo que facilitará el uso indiscriminado de los fondos del erario federal. Un ejemplo: Durante la gestión de Felipe Calderón, la Presidencia ha gastado por lo menos 125 millones de pesos en la difusión de campañas y en promocionar la imagen del mandatario, así como alrededor de 96 millones de pesos en encuestas y análisis políticos. Sin embargo, en ninguno de los 25 puntos del plan anticrisis se habla de controlar ese tipo de gastos. Dentro de la propia residencia oficial de Los Pinos se han firmado contratos poco comunes. Así, el exdirector del Spa Royal Pedregal y coautor del libro El negocio del ejercicio, Christopher Martín Bolton Morgan, cobró 50 mil pesos por impartir un curso de capacitación. El miércoles 7, Calderón llegó puntual a la cita en Palacio Nacional para presentar su nuevo programa. Y lo dio a conocer cuatro semanas después de que las armadoras de automóviles anunciaron paros técnicos y despido de personal a causa del desplome de sus ventas. Eran las 9:05 horas cuando descendió de una camioneta blindada y, con paso marcial, llegó al templete para saludar de mano a cada uno de los gobernadores, alcaldes, empresarios e integrantes de su gabinete, quienes fueron convocados apenas con un día de anticipación. Y comenzó a leer las primeras líneas de su discurso: Desde los últimos meses del año 2008 y a lo largo de este año estamos y estaremos viviendo un período de grandes dificultades en términos de crecimiento económico, inversión y empleo en nuestro país. Era su segundo día de actividades en este 2009. Frente a él, sus colaboradores más cercanos escuchaban atentos con la mirada fija en las macropantallas de plasma colocadas dentro del Salón Tesorería. Mientras se acomodaban los invitados, comenzó a sonar música ambiental. Ninguna silla quedó vacía. Decenas de funcionarios hicieron fila para entrar. No se le escapó ningún detalle al equipo de logística de Los Pinos, preparado para este tipo de actos. Fuente.

LAS LADIES DE POLANCO

Revelan Azalia es de las "Ladies de Polanco"

Balacera en partido Santos Vs. Monarcas Morelia

20-08-11 Transmision TV Azteca:

jueves, 11 de agosto de 2011

GRUPO ARMADO CON SIGLAS DE LA PFP INGRESA CON VIOLENCIA A SU CASA - Efraín Bartolomé pregunta: “¿De verdad estamos tan solos?”

Efraín Bartolomé pregunta: “¿De verdad estamos tan solos?” El poeta y su familia sufrieron vejación por parte de supuestos agentes de la Policía Federal: entraron a su casa, los obligaron a hincarse. Cosas que pasan en este país de un tiempo a la fecha. En un texto que escribió esta misma madrugada, el escritor se hace varias preguntas. “Antenoche volvimos a casa levitando, en la felicidad más plena, tras la amorosa y conmovedora recepción del público ante nuestro libro presentado en Bellas Artes. Un día después, en la atroz madrugada, la Policía Federal irrumpe violentamente en nuestra casa, quiebra nuestras puertas, destruye los cristales, hurga sin respeto en nuestra más íntima propiedad, nos amenaza con armas poderosas a mi bella mujer y a mí, a la edad que tenemos... Y pensar que también son humanos los que hacen esto contra su prójimo. Subo al estudio a escribir esto. Allá, abajo, la ciudad parece embellecida por la calma. Arriba la impasible Luna de agosto, casi llena. Son ya las 6:35 de la mañana. La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte. La policía nunca llegó. ¿De verdad estamos tan solos?”
Por Efraín Bartolomé ¿DE VERDAD ESTAMOS TAN SOLOS? Son las 4:43 de la mañana del día 11 de agosto de 2011. Hace aproximadamente dos horas un grupo de hombres armados irrumpieron en mi casa ubicada en Conkal 266 (esq. Becal), Col. Torres de Padierna, 14200, México, D. F. Comenzamos a escuchar golpes violentos como contra una puerta metálica y me extrañó porque se escuchaba demasiado cerca y no hay ninguna puerta así en la casa. Prendí la luz. Los golpes arreciaban ahora como contra nuestras puertas de madera. Quité la tranca que protege la puerta de nuestra recámara y me asomé al pasillo: hacia el comedor veía luces (¿verdosas? ¿azulosas? ¿intermitentes?) acompañando los golpes violentos contra el cristal que da al sur. Mi mujer me gritó que me metiera. Así lo hice apresuradamente y alcancé a poner la tranca de nuevo. Oí cristales rompiéndose y pasos violentos hacia nuestra recámara: rápidos y fuertes. “¡Abran la puerta!” era el grito que se repetía antes de que empezaran a golpear con violencia mayor nuestra puerta con tranca. Nos encerramos en el baño y busqué a tientas un silbato que cuelga de un muro sin repellar: comencé a soplarlo con desesperación, unas diez veces, quizá. Mi mujer está llamando a la policía. Les dice que están entrando a la casa, que vengan pronto por favor, que nos auxilien. Yo sigo soplando el silbato con desesperación. En la oscuridad, mi mujer se ubicó tras de mí mientras oíamos que la tranca de la puerta se quebraba y los hombres entraban. ¿Tres, cuatro, cinco? Quise cerrar la puerta del baño pero ya no alcancé a hacerlo. Empujé unas cajas hacia dicha puerta y en algo estorbó los empujones. “¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta, hijos de la chingada…!” gritaban mientras empujaban y metían sus rifles negros hacia el interior. Quise detener la puerta con mis manos pero no tenía sentido: vencieron mi mínima resistencia y entraron. Policías vestidos de negro, con pasamontañas y lo que supongo que serían “rifles de alto poder”. “¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo, hijos de la chingada! ¡Al suelo y no se muevan!” Uno de los hombres me da un manazo en la cabeza y me tira los lentes. Alcanzo a pescarlos antes de que toquen el suelo. Me quita el silbato. -¡No golpee a mi esposo! -grita mi mujer. -¡El teléfono! ¡Déme el teléfono! -le responde y pregunta si no tenemos otro teléfono o un celular. Ella y yo nos arrodillamos primero y después nos medio sentamos en el suelo de cemento de este baño sin terminar. Policías jorobados y nocturnos, como en el romance de García Lorca. Quién lo diría: aquí, en nuestra amada casa donde cultivamos y enseñamos la armonía. Aquí… Justo aquí estos hombres de negro, con pasamontañas, con guantes, con rifles de asalto, con chalecos o chamaras que tienen inscritas las siglas blancas PFP, nos apuntan con sus armas a la cabeza. Uno de ellos, siempre amenazante, nos interroga. Dos más permanecen en la puerta. - ¡Las armas! ¡Dónde están las armas! - Aquí no hay armas, señor, somos gente de trabajo. - ¡A qué se dedica!” -Soy psicoterapeuta y escribo libros. -¿Desde cuándo vive aquí? - Desde hace treinta años… -Cómo se llama. -Efraín Bartolomé. -Cuántos años tiene. -60. -A qué se dedica. -Ya se lo dije, señor, soy psicólogo y escribo libros. -Usted cómo se llama… -se dirige a mi mujer. -Guadalupe Belmontes de Bartolomé. -A qué se dedica. -Soy arqueóloga y ama de casa. -Cuántos años tiene. -54. -Tranquilos. Respiren profundo… Voy a verificar los datos. El hombre sale. Oigo ruidos en toda la casa. Están vaciando cajones, abriendo puertas, pisando fuerte sobre la duela de madera. Oigo ruidos afuera, en el cuarto de huéspedes, en la torre, en el estudio de abajo. Nos cambiamos de posición. Mi mujer pone algo sobre el frío piso de cemento. Cinco o siete minutos después regresa el hombre y repite su interrogatorio. Si recibimos gente en la casa, con qué frecuencia, cada cuánto salimos de viaje, quién cuida entonces. Respondemos a todo brevemente. Dice nuevamente que va a verificar los datos y que volverá a decirnos porqué están aquí. El tiempo pasa. Oímos que abren nuestro carro en el garage. Voces ininteligibles en el patio del norte. Más tiempo. Varios minutos después se oyen motores que se prenden y carros que arrancan. Mi mujer y yo seguimos en la oscuridad. Comenzamos a movernos. Sólo silencio. Nos incorporamos con cierto temor. Salimos del baño hacia la recámara iluminada. Desorden. Cajones abiertos. Cosas volcadas en el buró. La chapa de la puerta en el suelo. Restos de la tranca destrozada. La puerta de tambor machacada y rota, pandeada en su parte media. Salimos al pasillo: un cuadro en el suelo y abiertas las puertas de lo que fueron las recámaras de mis hijos. Desorden en el interior: maletas y cajas abiertas, cajones vaciados. Vamos hacia el comedor: uno de los vidrios roto en su ángulo inferior izquierdo, muchos cristales en el piso. La puerta de la sala está rota de la misma forma en que rompieron la de nuestra recámara: la chapa en el suelo y fragmentos de duela en el piso. Está abierta la puerta de la torre y prendidas las luces del cuarto de huéspedes. Salimos por la puerta de la sala y nos asomamos con cierto temor. Nada. Mi mujer llama por segunda vez a la policía. Es en vano: piden los datos una vez más. Dicen que ya enviaron una unidad. Llego a la barda y me asomo: no hay carros. El portón del garage está intacto. Bajamos las escaleras hasta la puerta de acceso: rota igual que las de adentro. El estudio de abajo está con las luces prendidas. De por sí desordenado, ahora lo está más. Vamos hacia la torre y entramos al cuarto de huéspedes: cajones volcados, revistas en el suelo, cosas sobre la mesa, puertas del clóset colgando, zafadas de su riel inferior. Subo al tercer piso: una esculturita de alambre volcada pero no se nota demasiado desorden. Subo a los pisos superiores: no hay daño en la salita de arte. En el último piso dejaron abierta la puerta a la terraza. Volvemos al interior: queremos tomar fotos pero no está la cámara de mi mujer que estaba sobre el buró. “¡Tampoco está la memoria de mi computadora!”, grita. También se la llevaron Quiero ver la hora y voy al buró por mi reloj: ha desaparecido mi querido Omega Speedmaster Professional que me acompañó por casi cuarenta años. Tiene mi nombre grabado en la parte posterior: Efraín Bartolomé. Oímos que un auto se estaciona y nos asomamos. Mi mujer llama una vez más a la policía: lo mismo. Ya tienen los datos pero nunca enviaron apoyo. Indefensión. Del auto blanco baja un joven y avanza hacia la esquina. Se asoma y regresa. Lo saludo y responde. Le preguntamos qué pasa y responde que viene en atención a una llamada de su amiga que vive a la vuelta y a cuya casa también se metieron. Mi mujer pregunta de qué familia se trata, cómo se apellida. Magaña, responde el joven. ¡Es Paty!, dice mi mujer. Salimos a la calle y voy hacia allá. Encontramos a Patricia Magaña, bióloga, investigadora universitaria, acompañada de su papá, en la calle. Entraron a ambas casas la de ella y la de sus padres, con la misma violencia que a la nuestra. Patricia y su hija estaban solas. Sus padres octogenarios también estaban solos. Volvemos a nuestra casa vejada y con la puerta rota. Atranco la destruida puerta de la calle. Con todo, mantenemos una sorprendente calma. “Pudieron habernos matado”, dice mi mujer. Yo imagino por unos segundos nuestros cuerpos ensangrentados en el baño en desorden. ¿Sabe el presidente Calderón esto que pasa en las casas de la ciudad? ¿Lo sabe Marcelo Ebrard? ¿Lo sabe el procurador Mancera? ¿Ordenan Maricela Morales o Genaro García Luna estos operativos? ¿Sabrán quién fue el encargado de este acto en contra de inocentes? Antenoche volvimos a casa levitando, en la felicidad más plena, tras la amorosa y conmovedora recepción del público ante nuestro libro presentado en Bellas Artes. Un día después, en la atroz madrugada, la PFP irrumpe violentamente en nuestra casa, quiebra nuestras puertas, destruye los cristales, hurga sin respeto en nuestra más íntima propiedad, nos amenaza con armas poderosas a mi bella mujer y a mí, a la edad que tenemos… Y pensar que también son humanos los que hacen esto contra su prójimo. Subo al estudio a escribir esto. Allá, abajo, la ciudad parece embellecida por la calma. Arriba la impasible Luna de agosto, casi llena. Son ya las 6:35 de la mañana. La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte. La policía nunca llegó. ¿De verdad estamos tan solos?
Fuente.

EU es quien “certifica” a altos funcionarios mexicanos

EU es quien “certifica” a altos funcionarios mexicanos Después de que The New York Times revelara una participación directa de agentes de la CIA, la DEA y el Pentágono en operaciones mexicanas contra el narco; luego de que la agencia de inteligencia Stratfor dijera que "Operación Lince Norte" contra Los Zetas fue realizada con ayuda de agentes "centros" localizados en Juárez, Monterrey y la Ciudad de México, y de que la BBC revelara que los contratistas estadounidenses se han enriquecido a costas de la lucha de Calderón contra el narco, esta mañana La Jornada sostiene que desde la procuradora Marisela Morales pasando por Genaro García Luna, los altos funcionarios del gabinete de seguridad mexicano se han sometido a pruebas de confianza que realizan agentes estadounidenses para poder ser considerados como enlaces confiables. La información sobre la presencia de EU en México, sin embargo, sigue siendo un misterio; el gobierno federal no ha dado detalles sino reacciones a lo publicado por medios nacionales e internacionales La CIA, la DEA y elementos del Pentágono no sólo operan en territorio nacional y se infiltran en el Ejército mexicano como parte de la guerra contra el narcotráfico sino que también realizan exámenes de confianza a altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y la Procuraduría General de la República (PGR), antes de ser considerados interlocutores o enlaces confiables. De acuerdo con una investigación del periódico La Jornada, entre los funcionarios que han sido sometidos a pruebas de confianza por los informantes estadounidenses están la procuradora Marisela Morales; el secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna; el comisionado de la Policía Federal, Facundo Rosas Rosas; así como mandos militares que sirven de enlaces con el gobierno de Estados Unidos. La fuentes del rotativo aseguran que también se le aplican estas pruebas a quien esté al frente de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y a los titulares de las unidades especializadas, como delitos contra la salud, secuestro, falsificación de moneda y operaciones con recursos de procedencia ilícita. En días pasados dos medios de comunicación internacionales y la agencia de inteligencia Stratfor revelaron la participación directa de agentes estadounidenses en operaciones mexicanas contra el crimen organizado. El prestigiado diario The New York Times publicó en su edición del pasado 9 de agosto que elementos de la DEA, de la CIA, militares retirados del Comando Norte y personal del Pentágono establecieron una base de inteligencia en el norte de México y ya trabajan a nivel campo en operaciones contra el narco. El personal militar opera como civil, dijo el diario, partir de que en 2010 el presidente Felipe Calderón solicitara “ayuda sofisticada” para Monterrey. Asimismo, la firma de inteligencia Stratfor publicó un informe en el que revela que la reciente “Operación Lince Norte” realizada por el Ejército mexicano del 16 de julio al 4 de agosto en contra de las estructuras de dirección, finanzas, operación y logística del crimen organizado en San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, sería la primera acción conjunta con el apoyo de inteligencia de CIA, DEA y personal militar de Estados Unidos en territorio nacional. La unidad norteamericana en territorio mexicano “es comparada con los ‘Centros de Fusión de Inteligencia’ que EU tiene en Afganistán e Irak, detalló Stratfor. Por otro lado, un reportaje de la BBC el pasado 9 de agosto plantea que como en Afganistán e Irak, los empresarios de seguridad estadounidenses son ya los mayores beneficiarios de la guerra contra el narcotráfico en México. De acuerdo con la cadena británica, en los últimos años, dichas compañías han realizado la mayoría de sus ventas en territorio mexicano y se han llenado los bolsillos gracias a las exigencias de seguridad derivadas de la guerra del gobierno federal contra los cárteles de drogas en el país. Además, no sólo han dado “asesoría” en términos de defensa, sino que han ido más allá: de acuerdo con un informe presentado por la ONU, desde 2006 se tienen denuncias de empresas militares y seguridad de EU que, supuestamente, entrenaron en Guanajuato a policías federales en prácticas de tortura.

Contexto: Contratistas de EU se hacen ricos con la guerra al narco: BBC

DEA, CIA, Pentágono y ex militares tienen base al norte de México: NYT

Ejército utiliza ya apoyo de inteligencia de “centros” de EU en México: Stratfor

Esta mañana el reportaje de La Jornada realizado por el periodista Gustavo Castillo señala también que los infiltrados estadounidenses que realizan acciones en contra del crimen organizado en territorio mexicano no son exclusivos de la DEA, la CIA y el Pentágono, sino de al menos ocho instituciones relacionadas con temas de justicia, seguridad nacional, migración, aduanas y tráfico de armas, que realizan sus operaciones desde una oficina localizada en Paseo de la Reforma 225 del Distrito Federal. A cambio de información de tipo confidencial, los agentes de EU, según el texto, participan en los operativos que realizan el Ejército y la Policía Federal, les donan equipo y capacitan a los funcionarios nacionales en el uso de armas. No obstante, para que los funcionarios mexicanos puedan recibir la capacitación de los agentes americanos, tienen que pasar pruebas de confianza entre los que destacan un examen de iris, señala el diario mexicano. La infiltración de EU en operaciones del gobierno mexicano contra el narco “ha beneficiado a las unidades de la SIEDO con equipos que van desde computadoras hasta escáneres, detectores de dinero falso, explosivos y red de aplicaciones diversas, y para su manejo se capacita al personal fuera de los recursos de la Iniciativa Mérida”, dijo una fuente del gobierno mexicano a La Jornada. En contraparte, los agentes de EU sólo comparten con los funcionarios del gobierno federal información de inteligencia cuando quieren que se realice la captura de un capo importante o una incautación de alto impacto en México, tal y como ocurrió en el caso de Arturo Beltrán Leyva, quien fuera abatido por elementos de la Secretaría de Marina el 15 de diciembre de 2009. “Oficialmente, en Paseo de la Reforma 225 se localiza la Oficina Bilateral de Seguimiento a la Iniciativa Mérida, pero en realidad es un centro donde se determinan operaciones importantes contra grupos del crimen organizado, más por iniciativa o investigación de los estadunidenses, que por actuaciones mexicanas. Por Estados Unidos acuden representantes de la DEA, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), el Servicio Secreto, los marshalls, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y agregados de Seguridad Nacional y del Departamento de Justicia”, detalló. Y aunque los agentes infiltrados no suman más de 400 efectivos, señala la fuente, su fuerza radica en el gran número de funcionarios mexicanos locales que colaboran con ellos en varios puntos del país como Ciudad Juárez, Acapulco, Culiacán y Mazatlán, Tijuana, Manzanillo y Monterrey, publica esta mañana el diario mexicano. Fuente.
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